13 de septiembre de 2009

Crisis financiera internacional y fin de la hegemonía del dólar: EE.UU. versus ALBA

                                                                                                                                                                         Crisis financiera internacional y fin de la hegemonía del dólar:
EE.UU. versus ALBA
                                                                                                                                                                                         Por: Jutta Schmitt


"La verdad ahora es esta: 'Él que imprima la moneda, determina las reglas' -- por lo menos hasta próximo aviso. [...] El objetivo [...]: forzar a países extranjeros a producir y a subsidiar a nuestro país para que mantenga su superioridad militar y su control sobre las imprentas de las monedas."
                                                                                   Ron Paul


En noviembre del año pasado, en la tercera Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) - Tratado de Comercio de Los Pueblos (TCP), sus presidentes se reunieron con el propósito de hacer frente a la crisis del sistema capitalista mundial. Considerando la volatilidad del sistema financiero internacional, la inviabilidad del modelo capitalista con su lógica destructora y la ausencia de propuestas y medidas categóricas por parte de los grandes centros de poder globales para enfrentar la crisis, los presidentes de los países miembros del ALBA coincidieron en que el sistema internacional financiero no puede ser refundado sino tiene que ser sustituido por otro, basado en la solidaridad, estabilidad, sustentabilidad ecológica y en la justicia social. Los jefes de Estado coincidieron en que los países de nuestra región, si su respuesta a la crisis quiere ser eficaz, deben, en definitiva, desprenderse y protegerse de las garras del capital transnacional para así poder emprender un camino propio que no dependa del erosionado sistema económico y financiero internacional, ni de la hegemonía del dólar norteamericano artificialmente mantenida y literalmente impuesta a la fuerza. Al efecto, se acordó crear una zona monetaria latinoamericana que abarque en una primera fase a los países miembros del ALBA y se especificó que la zona monetaria cuente con una Cámara de Compensación de Pagos y con un Fondo de Estabilización y de Reservas, financiado por los aportes de sus países miembros. En cuanto a la política económica de la futura zona económica y monetaria latinoamericana, se acordó la implementación de una política expansiva de demanda (keynesiana), promoviendo inversiones para el desarrollo de actividades económicas complementarias. (1)
                                                                                                                                                        Además, se estableció que la zona monetaria latinoamericana será regida por su moneda propia, el 'Sistema Unitario de Compensación Regional' o sucre, en función de independizarse de los mercados financieros mundiales y de romper con la eterna dependencia del dólar como moneda de intercambio, hasta ahora prevaleciente en el comercio y negociaciones entre nuestros países latinoamericanos.(2) El inicio de las operaciones financieras con la nueva moneda única se proyecta hacia comienzos del próximo año y así es como se espera poder contar con este instrumento a partir del 1ro de enero de 2010.(3) Con ello, se dará un paso importante en el desmantelamiento necesario del actual sistema económico-financiero internacional que sigue siendo caracterizado por la hegemonía del dólar que posibilita a los EE.UU. importar bienes y servicios desde todas partes del mundo, a cambio de un papel impreso de color verde, prácticamente sin valor alguno.

El hecho de que el dólar hoy en día no tenga más valor real que el valor del papel en el que está impreso, convierte la continuidad de su hegemonía mundial en una cuestión de vida y muerte para los EE.UU. En un comprimido recorrido histórico referente al auge y caída del dólar estadounidense cabe recordar, que después de la Segunda Guerra Mundial la economía estadounidense era la más poderosa y sólida del mundo. Tenía enormes capacidades exportadoras y crediticias, lo cual le permitió financiar la reconstrucción de Europa por medio del famoso Plan Marshall, con miras a fomentar en Europa un futuro mercado para sus propias exportaciones e inversiones, al igual que contener la posible influencia de la Unión Soviética en Europa Occidental. El dólar norteamericano se convirtió en la incontestada moneda líder mundial de intercambio y de reserva, en el marco del sistema monetario internacional de Bretton Woods bajo el patrón oro-divisas. El dólar figuraba como moneda ancla, convertible en oro, y se estableció una relación fija entre los valores de cambio de las distintas divisas internacionales. 
                                                                                                                                                                 Sin embargo, el creciente déficit comercial de los EE.UU., combinado con una política monetaria inflacionaria específicamente durante la guerra de Vietnám, condujo al quebrantamiento de la convertibilidad del dólar en oro, terminando con su suspensión unilateral por parte de la administración Nixon en 1973. Con ello, el sistema original de Bretton Woods había colapsado y el dólar sufrió una disminución sensible como moneda de reserva internacional, aunque no llegó a ser seriamente retado por otras monedas para este momento, dada la ausencia de un competidor lo suficientemente fuerte para ocupar esta posición. El colapso del sistema de Bretton Woods condujo a la devaluación del dólar y causó una disminución sensible en las ganancias petroleras de los países OPEP, ya que su petróleo se cotizó en dólares. A esto se le sumó la guerra de Jom Kippur en el Medio Oriente, y ambos factores condujeron entonces al alza de los precios petroleros y la crisis petrolera de 1973/74, la cual, a su vez, generó el fenómeno conocido como 'reciclaje de los petro-dólares' que volvió a beneficiar la posición del dólar norteamericano. En ausencia de una moneda de reserva internacional alternativa o de la existencia de una cesta de divisas petroleras, el dólar se 'ancló' al petróleo en una especie de estándar-petróleo lo que le posibilitó perpetuarse, a pesar del enorme y creciente déficit de la balanza de pagos estadounidense, como primera moneda de intercambio y de reserva internacional y como única divisa petrolera, prácticamente hasta nuestros días. Este panorama sólo había empezado a cambiar con el auge, a comienzos del nuevo milenio, de una fuerte moneda competidora, el euro, y el desplazamiento del centro económico mundial desde Norteamérica hacia Europa y Asia. Ahora, con el colapso del sistema financiero internacional y la crisis capitalista generalizada, el panorama luce aun más preocupante para el dólar estadounidense.

Hasta ahora, dos factores principales han sostenido la posición primordial del dólar en el mundo: Primero, los flujos de capital hacia los EE.UU. por concepto de 'reinversión', es decir, la reinversión, en los EE.UU., de los superávit comerciales obtenidos por parte de países e inversionistas extranjeros por su intercambio con EE.UU. Segundo, la facturación de las transacciones petroleras a escala mundial en dólares americanos, siendo este factor de vital importancia para los EE.UU. por garantizar la perpetuación de su moneda como la divisa de reserva internacional más importante. Esto les permite continuar 'auto-endeudándose' en 'dólares propios' sobre cuya impresión tienen el monopolio exclusivo. Esto quiere decir, que la Reserva Federal ha imprimido e imprime dólares en la cantidad que considera necesaria y en el momento cuando lo considere necesario, prácticamente sin restricciones, aparte de la capacidad y voluntad de absorción a escala mundial y la presión inflacionaria generada tanto a nivel doméstico como internacional. A todas estas, los inmensos flujos de capital hacia EE.UU. provenientes del exterior no sólo han financiado sus déficit comerciales y de balanza de pagos, sino y perversamente también sus gastos militares que son los más altos del planeta. Así es como por un lado y ante los astronómicos costos de su gasto militar, la supremacía militar estadounidense se derrumbaría como un castillo de naipes si el dólar perdiera su rol como moneda líder de reserva internacional y divisa petrolera; y por otro lado, es esta misma supremacía militar mediante la cual los EE.UU. han estado defendiendo 'preventivamente' a su moneda y su posición privilegiada sobre la que descansa cómodamente toda la existencia deficitaria de los Estados Unidos de Norteamérica.

En palabras del congresista estadounidense, Ron Paul:

            "Irónicamente, la superioridad del dólar depende de nuestra fortaleza militar, y nuestra fortaleza militar depende del dólar. Mientras que los recipientes extranjeros sigan aceptando nuestros dólares por sus bienes reales y mientras que tengan la voluntad de financiar nuestro consumo extravagante y nuestro militarismo, el estatus quo continuará no importa cuán gigantesca será nuestra deuda externa y cuán deficitario nuestro déficit de pagos." (4)

El precio que una parte del mundo ha tenido que pagar para que se mantenga intacto este sistema perverso, han sido presiones, coerciones, amenazas, guerras de agresión, golpes de Estado y operaciones de desestabilización, especialmente en caso de aquellos países que, de una forma u otra, han tratado de establecer otros marcos de referencia financiera que conducirían a la ruptura de la hegemonía del dólar. Recordemos el caso de Irak con la decisión de Saddam Hussein, en noviembre del año 2000, de cambiar sus reservas de dólares norteamericanos por euros y de facturar la venta del petróleo Iraquí en euros; situación inmediatamente revertida por los invasores estadounidenses una vez agredido y ocupado Irak en el 2003. Tengamos presente el caso de las amenazas continuas contra la República Islámica de Irán, país que en el año 2002 empezó a cambiar gran parte de sus reservas internacionales denominadas en dólares por euros, y que lanzó el proyecto de una bolsa petrolera Iraní a establecerse en la isla de Kish, que facturaría la venta del petróleo iraní en euros y en otras denominaciones con excepción del dólar; proyecto pospuesto varias veces hasta que finalmente la Bolsa de Petróleo Iraní pudo abrir sus operaciones en febrero del año pasado.(5) Está el notorio caso de nuestra República Bolivariana de Venezuela, víctima de un golpe de Estado en el año 2002 y desde entonces, de continuas operaciones de desestabilización que están apuntando a una eventual intervención militar directa por parte de las Fuerzas Armadas estadounidenses desde territorio Colombiano; no sólo por las apetencias del gobierno de EE.UU. de apoderarse de los recursos energéticos y naturales de Venezuela y de la región, sino por que el presidente Hugo Chávez se ha pronunciado a favor de facturar la venta del petróleo venezolano en euros y en otras divisas, e inclusive ha intercambiado determinadas cantidades de petróleo venezolano por su respectivo equivalente en bienes y servicios con otros países de la región, obviando así el uso del dólar estadounidense como moneda de intercambio. Rusia y China, que dispone de las reservas internacionales más amplias del mundo denominados en dólares, han considerado desde hace tiempo que el dólar ya no cumple una función sana como moneda líder de reserva e intercambio internacional, y han propuesto, en la última cumbre del G-8 del pasado mes de julio, la implementación de una nueva moneda única supra-nacional, basada en una mezcla de monedas de reserva regionales, considerada indispensable para superar la abismal crisis del sistema financiero internacional.

El precio que, al fin y al cabo, hubo que pagar por el artificial mantenimiento de la hegemonía del dólar a escala global, fue el colapso mismo del sistema internacional financiero, precio pagado como siempre y por supuesto, por los trabajadores del mundo, quienes ven comprometido no sólo el futuro de la actual generación de trabajadores, sino de muchas generaciones por venir. Hasta la propia ONU parece haber despertado, ya que en el recientemente publicado reporte anual de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (UNCTAD) del año 2009, se sugiere la sustitución del dólar estadounidense por una nueva moneda líder mundial.(6) Y mientras que se empieza a escuchar un coro de voces cada vez más fuerte en reclamación de un nuevo orden financiero internacional, nuestros países del ALBA, confiando en su propia fuerza, voluntad y potencialidad, están emprendiendo los primeros pasos concretos para no sólo desprenderse de la hegemonía del dólar sino para establecer nuevos parámetros de intercambio solidario y complementario. En este contexto se entiende mejor, por qué América Latina en este momento, aparte de sus codiciados recursos naturales y energéticos, adquiere especial importancia para los EE.UU. Una alianza regional como el ALBA con su propia moneda de intercambio y reserva, constituye sin duda otro clavo más en el ataúd de la hegemonía del dólar. Esta es una de las razones por la que próximamente el gobierno de los EE.UU. nos estará apuntando con sus armas desde territorio Colombiano.


Notas

(2) ibídem.
(4) Hon. Ron Paul of Texas Before the U.S. House of Representatives, February 15, 2006; http://www.house.gov/paul/congrec/congrec2006/cr021506.htm, mi traducción del inglés.

2 de septiembre de 2009

Preparando el terreno para la agresión militar contra Venezuela y América Latina: La estrategia de la gran mentira en operación


Preparando el terreno para la agresión militar contra Venezuela y América Latina: La estrategia de la gran mentira en operación

Por: Jutta Schmitt


Todos los hombres pueden ver la táctica con la que realizo mis conquistas... Pero son pocos los que son capaces de ver la estrategia que posibilita la victoria.
                                                          Sun Tzu

"Es sorprendente y preocupante que la única super potencia
del mundo no tiene ni una estrategia político-militar unificada
ni una estructura de organización multidimensional entre agencias
para confrontar la amenaza que representa Chávez. Es tiempo que
se hagan cambios sustanciales para tratar de una manera más
adecuada a los conflictos irregulares contemporáneos."  
                                                    Max G. Manwaring


En un artículo anterior  hemos demostrado el vínculo existente entre las más recientes doctrinas de guerra del Departamento de Defensa norteamericano y la 'Teoría de las Nuevas Guerras', una construcción ideológica proveniente del ámbito académico europeo que data del comienzo del nuevo milenio y que brinda nada menos que la justificación 'moral' para las guerras de agresión y las infinidades de interferencias de las clases dominantes europeas y norteamericanas en el mundo, en resguardo de sus respectivos intereses geo-estratégicos y de expansión global. Todas estas doctrinas militares, estrategias de seguridad e ideologías políticas emanadas de los centros globales del poder tienen un denominador común: se enmarcan plenamente en la justificación y defensa de un orden económico, político y social insostenible e injustificable, cuya permanencia en el tiempo se ha convertido en un problema de seguridad y supervivencia humana a escala planetaria: el capitalismo. Para justificar lo injustificable, se recurre al reciclaje y la difusión masiva de unos mitos que están profundamente arraigados en miles de millones de mentes de los habitantes de este planeta, víctimas desde hace siglos de un control mental que adopta las más variadas formas. El mensaje principal que se ha estado transmitiendo a través de estos mitos, especialmente en las últimas dos décadas, es equiparar al capitalismo con el más alto grado de civilización humana posible, y relegar cualquier alternativa al ámbito de lo 'obsoleto', 'anacrónico' y 'premoderno'.

Quien quiere salirse de los parámetros establecidos y se atreve a emprender caminos diferentes a los prescritos por la globalización capitalista tiene que enfrentarse a una avalancha de obstáculos, amenazas, intervenciones veladas y abiertas y campañas de difamación, ridiculización y calumnia. Cualquier país, bloque de países o región del planeta que no se está ateniendo a las 'reglas del juego' e interfiere con los intereses de los centros de poder globales, es declarado 'Estado fallido' - previas operaciones de desestabilización -, y corre el riesgo de ser intervenido militarmente en nombre de la 'seguridad' de la 'comunidad democrática internacional' (Occidente).    

En este sentido es preocupante ver cómo se está cerrando un cerco sobre Venezuela y también sobre los países de la Alianza Bolivariana Para los Pueblos de NuestraAmérica, una propuesta de integración latinoamericana que no responde a los intereses del gran capital internacional. Vemos cómo se está ejecutando en este momento el primer paso de una escalada que puede desembocar en una eventual confrontación militar entre las FF.AA. colombo-estadounidenses y las FF.AA. de la República Bolivariana de Venezuela y otros países de nuestra región. Basta con una mirada a las ubicaciones estratégicas de las siete bases norteamericanas a establecerse próximamente en territorio Colombiano y al espectro completo de los componentes de la marina, fuerza aérea, ejército y fuerzas especiales que operarán desde ahí, para darnos cuenta que la proyección de la fuerza militar estadounidense desde Colombia excede por mucho la supuesta 'guerra contra las drogas' y apunta claramente hacia el control y vigilancia de Sudamérica entera. Dado que Colombia se está transformando, lamentable e literalmente, en el portaaviones de EE.UU. para sus operaciones en América Latina, dentro de poco tiempo estaremos entonces colindando directamente con una nación a cuyos gobiernos no podemos dudar en calificar como los más intervencionistas y criminales del mundo. (En palabras de George H.W. Bush o 'Bush-padre': "Si el pueblo norteamericano supiera lo que hemos hecho, nos colgarían de los postes de luz.”) En una especie de anillos de mentiras superpuestas, se han estado tejiendo las 'razones' por el despliegue de las fuerzas militares yanquis en territorio colombiano. La razón 'oficial', la 'guerra contra el narcotráfico', brinda el necesario fondo teatral sobre el que se montarán las operaciones de desestabilización en contra de Venezuela y los países del ALBA mientras que la razón no-oficial se expresa en los 'estudios estratégicos' del ámbito militar estadounidense, a su vez un conjunto de tergiversaciones para justificar la razón real: la abierta defensa militar de los intereses norteamericanos y de la continuidad de las reglas de juego de la globalización en la región.  

Así es como en uno de los estudios estratégicos sobre seguridad y defensa estadounidense en América Latina del año 2007, titulado 'La Nueva Realidad de Seguridad de América Latina: Conflicto Irregular Asimétrico y Hugo Chávez' (1) de Max G. Manwaring, director del Instituto de Estudios Estratégicos del US Army War College, se le atribuye al presidente Chávez en persona, como un individuo 'poseído' del sueño de Bolívar, el estar ejecutando una agenda de confrontación abierta con fines de conquistar el poder revolucionario en toda la región, por lo que se le considera una amenaza para la seguridad nacional norteamericana. En este escrito, publicado en Agosto del año 2007, el autor emprende un seguimiento y una profundización de una anterior publicación suya del año 2005, titulada 'Hugo Chávez de Venezuela, Socialismo Bolivariano y Guerra Asimétrica', dado a conocer en Venezuela para este momento por Eva Golinger. (2) La lectura es desengañadora y nos da una idea qué es lo que nos espera si no preparamos a tiempo una respuesta que vaya más allá de unas meras declaraciones de protesta en papel.

En este segundo escrito (2007) sobre la 'amenaza que representa Chávez', Manwaring, en concordancia con la Teoría de las Nuevas Guerras y como si quisiera descartar de antemano cualquier duda acerca del carácter pacífico y defensivo de los Estados Unidos de Norteamérica, introduce su estudio con la aseveración categórica de que "la guerra ya no existe" (War no longer exists). (3) Precisando esta aseveración y citando otro estratega militar, el General británico Rupert Smith, el autor nos dice que la guerra como confrontación entre Estados con sus batallas entre ejércitos y como evento masivo bélico que decide las disputas en materia de asuntos internacionales, ha desaparecido y ha sido reemplazado por las 'guerras entre pueblos' que involucran combatientes que no necesariamente son soldados o ejércitos. (4)

Entrando en descripción detallada de lo que llama los 'hechos duros' de este 'nuevo paradigma de la guerra', Manwaring señala que los combatientes de hoy, más que ejércitos, son "pequeños grupos de soldados armados, no necesariamente uniformados, no necesariamente sólo hombres sino también mujeres, y no necesariamente sólo adultos sino también niños."(5) Conste, que aquí yace implícito una especie de justificación 'técnico-táctica' para el asesinato indiscriminado de civiles tal y como ha sucedido efectivamente en las primeras dos guerras de agresión del siglo XXI, emprendidas por el gobierno de los EE.UU. contra Afganistán e Irak, en las que se masacraron y se siguen masacrando impunemente y a gran escala a ciudadanos civiles, a manera de expedición de castigo colectivo. El segundo 'hecho duro' de este 'nuevo paradigma de la guerra' como explicado por Manwaring/Smith, postula que estos pequeños grupos de combatientes se suelen dispersar entre el pueblo común y corriente y no tener ni identificación clara ni ubicación permanente para poder diferenciarlos inequívocamente del resto de la población civil (6). Conste, que en este segundo 'hecho duro' yace implícito la justificación técnico-táctica del bombardeo deliberado e indiscriminado de la infraestructura civil como escuelas, hospitales, acueductos, plantas de electricidad, hasta centros de reunión religiosos y barrios populares, tal y como efectivamente ha sucedido en estas mismas guerras de agresión estadounidenses que acabamos de mencionar.

El autor señala además, que los conflictos contemporáneos son conducidos en cuatro niveles interrelacionados en orden jerárquico-descendiente, desde el político, estratégico, operacional y táctico, lo que parece a primera vista nada más que la confirmación de la definición clásica de Von Clausewitz, según la cual la guerra es la continuación de la política con otros medios. Sin embargo y según Manwaring/Smith, los conflictos de hoy se prolongan en el tiempo y evolucionan a través de dos o tres o más etapas no-coercitivas y de organización, antes de entrar en confrontación directa con el adversario, siendo la opción militar sólo uno de varios instrumentos de fuerza empleados por los combatientes. (7) "Evolucionar a través de dos o tres o más etapas no-coercitivas y de organización antes de entrar en una confrontación directa" pudiera ser traducido, en el idioma de lo que alguna vez fue el hoy extinto derecho internacional, como atentado y crimen contra la Paz, esto es, la planificación, preparación, inicio y conducción de una guerra de agresión, tal y como el gobierno de los EE.UU. la efectuó en contra de Afganistán e Irak so pretexto de la 'guerra contra el terrorismo', dando al traste con el derecho internacional y asentando las bases, de facto, para las 'Nuevas Guerras del siglo XXI'. Ciertamente y en nuestras latitudes, el reciente golpe militar en Honduras, seguido por el acuerdo de los gobiernos colombiano y norteamericano sobre la instalación de las siete bases militares en territorio colombiano, aunado a los innumerables actos de provocación abierta en contra de los gobiernos boliviano, ecuatoriano y venezolano en los últimos meses y años, hacen pensar que estamos presenciando "dos o tres o más etapas no-coercitivas y de organización" antes de que el gobierno de los EE.UU., en alianza con la oligarquía Colombiana y demás oligarquías de la región que se prestan a colaborar, pase a la confrontación militar directa con uno o más de los países nuestroamericanos.

Luego, Manwaring procede a señalar el carácter 'transnacional' de los conflictos modernos en los que los combatientes se esconden en regiones fronterizas y en territorios de países terceros desde los cuales montan sus operaciones (lo que resulta ser un 'hecho duro' muy conveniente si se juega, desde un centro de poder como EE.UU., a la desestabilización e intervención de un país o una región). El recorrido por los elementos centrales del 'nuevo paradigma de la guerra' lo concluye el autor con la observación de que las grandes batallas militares y no-militares ahora se efectúan entre "la gente" y tienden a convertirse en eventos mediáticos que pueden -o no - reflejar la realidad. (8)  (Aquí por supuesto no se puede sino pensar en la dictadura mediática internacional que trabaja de la mano del complejo industrial-militar estadounidense y que nos vende la información según sirve a sus fines estratégicos.) Termina diciendo el autor que todos los medios empleados en estos conflictos apuntan a capturar la imaginación de gente propia y ajena para ganar la batalla moral en una lucha de carácter 'total', que otorgará al ganador el poder total para controlar o reemplazar gobiernos enteros u otros símbolos de poder. (9)

Aparte del concepto y la práctica del 'regime change' (cambio de régimen) efectuado por EE.UU. en todo el mundo y su batalla por 'ganar corazones y mentes', lo que viene a la mente aquí es el concepto y la práctica de la 'ex-territorialización' de la guerra que, según la Teoría de las Nuevas Guerras y su postulado del 'humanismo militar', les otorga a las 'naciones civilizadas' (EE.UU. y Europa) no sólo el auto proclamado derecho, sino el deber de intervenir en las zonas de conflicto, por el 'bien de sus poblaciones' y en nombre de los 'derechos humanos',  concepción que va de la mano con los conceptos de una 'soberanía limitada' y 'exportación militar de estabilidad'.    

Ahora bien, después de enumerar los puntos que acabamos de mencionar y comentar, como características esenciales del nuevo paradigma de la guerra según el general Rupert Smith, Manwaring, en un giro súbito y grotesco, presenta a Hugo Chávez como autor intelectual de este mismo paradigma, además de otras doctrinas de guerra:

    "Estas son las principales características de lo que el presidente Hugo Chávez de Venezuela ahora llama la Guerra de Cuarta Generación, Guerra Asimétrica, Guerra de todo el Pueblo. El presidente Chávez asevera que este tipo de conflicto tiene virtualmente posibilidades ilimitadas para [orquestar] una Super-Insurgencia en contra de los EE.UU en el siglo XXI. Parece que las ideas revolucionarias (bolivarianas) de Chávez se están desarrollando y madurando, y que él y Venezuela, cuando menos, están desarrollando las capacidades conceptuales y físicas para retar el estatus quo en Las Américas. Esta amenaza es directa y se traduce en una lucha constante, sutil y ambigua por el poder que esta empezando a congraciarse con la vida política en gran parte del Hemisferio Occidental." (9)

En esta maniobra se revela claramente el fondo político-ideológico, estratégico-militar de la matriz de opinión generada a escala mundial con la complicidad de la dictadura mediática internacional, para justificar una eventual guerra de agresión en contra de la República Bolivariana de Venezuela, matriz que ya ha sido puesta a prueba de manera exitosa en los casos de Afganistán e Irak: Presentar a la parte que será agredida como agresor, de acuerdo a una vieja técnica de propaganda, llamada 'estrategia de la gran mentira', termino acuñado por Adolf Hitler en su autobiografía, 'Mein Kampf' (1925). La expresión se refiere a una mentira de una magnitud tan grande que nadie jamás sospecharía que alguien pudiera ser tan imprudente como para distorsionar la verdad de una manera tan infame:

    "[...] La gran mentira siempre tiene una cierta fuerza de credibilidad, ya que la gran masa de una nación es más fácilmente corruptible en las esferas profundas de su naturaleza emocional que consciente o voluntariamente. Por ende y en la simplicidad primitiva de su mente, es más susceptible a ser víctima de una gran mentira que de una mentira pequeña, ya que todos mienten a menudos en asuntos pequeños, mientras que se sentirían apenados a recurrir a falsedades de gran escala. No se les cruzaría jamás por la cabeza fabricar falsedades colosales y no creerían que otros podrían tener la imprudencia de distorsionar la verdad tan infamemente. Aun cuando se les explicaría claramente aquellos hechos que dan prueba de que esto es así, todavía dudarán y hesitarán y continuarán pensando que podría haber otra explicación. La mentira absolutamente imprudente siempre deja una huella, aun cuando haya sido puesta al descubierto; esto es un hecho conocido entre todos los expertos mentirosos de este mundo y entre todos que conspiran juntos en el arte de mentir." (10)

Considerando los innumerables atropellos cometidos en contra de los pueblos del mundo por parte de los gobiernos de los EE.UU. en el pasado y presente, es preocupante cuando un estratega militar norteamericano, director del Instituto de Estudios Estratégicos del US Army War College, asevera que el presidente Chavez está 'alentando a sus seguidores dentro y fuera de Venezuela a perseguir una agenda de confrontación, populista y nacionalista' mediante la imposición de lo que Manwaring llama 'democracia totalitaria' en alusión a la democracia directa, participativa y protagónica (aquél concepto propuesto por Lincoln del gobierno de, por y para el pueblo), y a derrotar la hegemonía norteamericana mediante la conducción de una 'Super-Insurgencia irregular de Cuarta Generación' (11). Este río trae piedras.   

No queremos concluir estas observaciones sin antes mencionar algunas otras piezas de mentira y propaganda como la de Ray Walser, analista político para América Latina de la Heritage Foundation (12), quien asevera en sus 'Cuatro preocupaciones sobre el presidente venezolano Hugo Chávez' que este, primero, brinda asistencia material y santuario a las FARC, segundo, permite a individuos pertenecientes a Hezbollah operar bajo cobertura diplomática venezolana, tercero, obstaculiza esfuerzos anti-narcóticos en la región y cuarto, se opone a formas de gobierno democráticas, (13) falsedades que Walser recicla en sus artículos. Ni mencionar al notorio Otto Reich, quien recientemente ha disparado su artillería desde las páginas del Foreign Policy Magazine con una pieza magistral de distorsión y propaganda belicista, titulada: 'La guerra cubierta de Chávez. Obama debe llamar al presidente venezolano por su nombre: terrorista y traficante de drogas', en la que Reich disemina lo que el título promete: falsedades infames. En este artículo de provocación, Reich retrata al presidente Chávez como un cobarde quien sólo se atreve a apuntar sus armas hacia sus propios ciudadanos indefensos y quien, en materia internacional, no tiene el coraje de entrar abiertamente en combate:

    „ Matones como Chávez no alertan a las víctimas que intentan asaltar. Chávez no combate abiertamente, sino prefiere intervenir de manera cubierta, o bien directamente, o bien mediante su alianza regional 'anti-imperialista', la Alternativa Bolivariana para Las Américas (ALBA), una colección de líderes del más alto volumen con el rendimiento más bajo de la región, [provenientes] de países que incluyen a Cuba, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y, hasta junio pasado, Honduras.“  (14)  

Con ello queda más que claro el objetivo de esta avalancha concertada de propaganda y provocación  que se vuelca sobre nosotros desde las plumas de estrategas militares, analistas políticos, ex funcionarios de Estado, columnistas y periodistas, enmarcada en la estrategia de la gran mentira. Estudiar, conocer, difundir y discutir este tipo de propaganda, sus antecedentes históricos, su contexto actual, la 'configuración mental' de sus promotores y los efectos de la propaganda sobre la población, es un paso necesario para poder contrarrestarlo con efectividad.    

Notas

(1) Max G. Manwaring, Latin America's New Security Reality: Irregular Assymetric Conflict and Hugo Chávez, August 2007; http://www.strategicstudiesinstitute.army.mil/pubs/display.cfm?PubID=808
(2) Eva Golinger, El ejército de los Estados Unidos prepara doctrina para guerra asimétrica con Venezuela, http://www.aporrea.org/imprime/a18136.html.
(3) Manwaring op.cit. , pág. 1
(4) ibidem
(5) ibidem
(6) ibidem
(7) ibidem , pág. 2
(8) ibidem
(9) ibidem, pág. 3
(10) Adolf Hitler, Mein Kampf, capítulo 10, citado en: http://en.wikipedia.org/wiki/Big_Lie
(11) Manwaring, op. Cit., pág. 3
(12) El 'think tank' conservador más grande e influyente en Washington, padrocinador del notorio Proyecto para un nuevo Siglo Americano.
(13) Ray Walser, Four Concerns about Venezuelan president Hugo Chávez, Heritage in Focus, video-clip del 21 de Julio de 2008,  http://www.heritage.org/Research/LatinAmerica/wm2592.cfm
(14) Otto Reich, Chávez’s Covert War: Obama needs to call Venezuela’s president what he is: a terrorist and a drug-trafficker. http://www.foreignpolicy.com/articles/2009/08/28/chavez_s_covert_war