2 de septiembre de 2009

Preparando el terreno para la agresión militar contra Venezuela y América Latina: La estrategia de la gran mentira en operación


Preparando el terreno para la agresión militar contra Venezuela y América Latina: La estrategia de la gran mentira en operación

Por: Jutta Schmitt


Todos los hombres pueden ver la táctica con la que realizo mis conquistas... Pero son pocos los que son capaces de ver la estrategia que posibilita la victoria.
                                                          Sun Tzu

"Es sorprendente y preocupante que la única super potencia
del mundo no tiene ni una estrategia político-militar unificada
ni una estructura de organización multidimensional entre agencias
para confrontar la amenaza que representa Chávez. Es tiempo que
se hagan cambios sustanciales para tratar de una manera más
adecuada a los conflictos irregulares contemporáneos."  
                                                    Max G. Manwaring


En un artículo anterior  hemos demostrado el vínculo existente entre las más recientes doctrinas de guerra del Departamento de Defensa norteamericano y la 'Teoría de las Nuevas Guerras', una construcción ideológica proveniente del ámbito académico europeo que data del comienzo del nuevo milenio y que brinda nada menos que la justificación 'moral' para las guerras de agresión y las infinidades de interferencias de las clases dominantes europeas y norteamericanas en el mundo, en resguardo de sus respectivos intereses geo-estratégicos y de expansión global. Todas estas doctrinas militares, estrategias de seguridad e ideologías políticas emanadas de los centros globales del poder tienen un denominador común: se enmarcan plenamente en la justificación y defensa de un orden económico, político y social insostenible e injustificable, cuya permanencia en el tiempo se ha convertido en un problema de seguridad y supervivencia humana a escala planetaria: el capitalismo. Para justificar lo injustificable, se recurre al reciclaje y la difusión masiva de unos mitos que están profundamente arraigados en miles de millones de mentes de los habitantes de este planeta, víctimas desde hace siglos de un control mental que adopta las más variadas formas. El mensaje principal que se ha estado transmitiendo a través de estos mitos, especialmente en las últimas dos décadas, es equiparar al capitalismo con el más alto grado de civilización humana posible, y relegar cualquier alternativa al ámbito de lo 'obsoleto', 'anacrónico' y 'premoderno'.

Quien quiere salirse de los parámetros establecidos y se atreve a emprender caminos diferentes a los prescritos por la globalización capitalista tiene que enfrentarse a una avalancha de obstáculos, amenazas, intervenciones veladas y abiertas y campañas de difamación, ridiculización y calumnia. Cualquier país, bloque de países o región del planeta que no se está ateniendo a las 'reglas del juego' e interfiere con los intereses de los centros de poder globales, es declarado 'Estado fallido' - previas operaciones de desestabilización -, y corre el riesgo de ser intervenido militarmente en nombre de la 'seguridad' de la 'comunidad democrática internacional' (Occidente).    

En este sentido es preocupante ver cómo se está cerrando un cerco sobre Venezuela y también sobre los países de la Alianza Bolivariana Para los Pueblos de NuestraAmérica, una propuesta de integración latinoamericana que no responde a los intereses del gran capital internacional. Vemos cómo se está ejecutando en este momento el primer paso de una escalada que puede desembocar en una eventual confrontación militar entre las FF.AA. colombo-estadounidenses y las FF.AA. de la República Bolivariana de Venezuela y otros países de nuestra región. Basta con una mirada a las ubicaciones estratégicas de las siete bases norteamericanas a establecerse próximamente en territorio Colombiano y al espectro completo de los componentes de la marina, fuerza aérea, ejército y fuerzas especiales que operarán desde ahí, para darnos cuenta que la proyección de la fuerza militar estadounidense desde Colombia excede por mucho la supuesta 'guerra contra las drogas' y apunta claramente hacia el control y vigilancia de Sudamérica entera. Dado que Colombia se está transformando, lamentable e literalmente, en el portaaviones de EE.UU. para sus operaciones en América Latina, dentro de poco tiempo estaremos entonces colindando directamente con una nación a cuyos gobiernos no podemos dudar en calificar como los más intervencionistas y criminales del mundo. (En palabras de George H.W. Bush o 'Bush-padre': "Si el pueblo norteamericano supiera lo que hemos hecho, nos colgarían de los postes de luz.”) En una especie de anillos de mentiras superpuestas, se han estado tejiendo las 'razones' por el despliegue de las fuerzas militares yanquis en territorio colombiano. La razón 'oficial', la 'guerra contra el narcotráfico', brinda el necesario fondo teatral sobre el que se montarán las operaciones de desestabilización en contra de Venezuela y los países del ALBA mientras que la razón no-oficial se expresa en los 'estudios estratégicos' del ámbito militar estadounidense, a su vez un conjunto de tergiversaciones para justificar la razón real: la abierta defensa militar de los intereses norteamericanos y de la continuidad de las reglas de juego de la globalización en la región.  

Así es como en uno de los estudios estratégicos sobre seguridad y defensa estadounidense en América Latina del año 2007, titulado 'La Nueva Realidad de Seguridad de América Latina: Conflicto Irregular Asimétrico y Hugo Chávez' (1) de Max G. Manwaring, director del Instituto de Estudios Estratégicos del US Army War College, se le atribuye al presidente Chávez en persona, como un individuo 'poseído' del sueño de Bolívar, el estar ejecutando una agenda de confrontación abierta con fines de conquistar el poder revolucionario en toda la región, por lo que se le considera una amenaza para la seguridad nacional norteamericana. En este escrito, publicado en Agosto del año 2007, el autor emprende un seguimiento y una profundización de una anterior publicación suya del año 2005, titulada 'Hugo Chávez de Venezuela, Socialismo Bolivariano y Guerra Asimétrica', dado a conocer en Venezuela para este momento por Eva Golinger. (2) La lectura es desengañadora y nos da una idea qué es lo que nos espera si no preparamos a tiempo una respuesta que vaya más allá de unas meras declaraciones de protesta en papel.

En este segundo escrito (2007) sobre la 'amenaza que representa Chávez', Manwaring, en concordancia con la Teoría de las Nuevas Guerras y como si quisiera descartar de antemano cualquier duda acerca del carácter pacífico y defensivo de los Estados Unidos de Norteamérica, introduce su estudio con la aseveración categórica de que "la guerra ya no existe" (War no longer exists). (3) Precisando esta aseveración y citando otro estratega militar, el General británico Rupert Smith, el autor nos dice que la guerra como confrontación entre Estados con sus batallas entre ejércitos y como evento masivo bélico que decide las disputas en materia de asuntos internacionales, ha desaparecido y ha sido reemplazado por las 'guerras entre pueblos' que involucran combatientes que no necesariamente son soldados o ejércitos. (4)

Entrando en descripción detallada de lo que llama los 'hechos duros' de este 'nuevo paradigma de la guerra', Manwaring señala que los combatientes de hoy, más que ejércitos, son "pequeños grupos de soldados armados, no necesariamente uniformados, no necesariamente sólo hombres sino también mujeres, y no necesariamente sólo adultos sino también niños."(5) Conste, que aquí yace implícito una especie de justificación 'técnico-táctica' para el asesinato indiscriminado de civiles tal y como ha sucedido efectivamente en las primeras dos guerras de agresión del siglo XXI, emprendidas por el gobierno de los EE.UU. contra Afganistán e Irak, en las que se masacraron y se siguen masacrando impunemente y a gran escala a ciudadanos civiles, a manera de expedición de castigo colectivo. El segundo 'hecho duro' de este 'nuevo paradigma de la guerra' como explicado por Manwaring/Smith, postula que estos pequeños grupos de combatientes se suelen dispersar entre el pueblo común y corriente y no tener ni identificación clara ni ubicación permanente para poder diferenciarlos inequívocamente del resto de la población civil (6). Conste, que en este segundo 'hecho duro' yace implícito la justificación técnico-táctica del bombardeo deliberado e indiscriminado de la infraestructura civil como escuelas, hospitales, acueductos, plantas de electricidad, hasta centros de reunión religiosos y barrios populares, tal y como efectivamente ha sucedido en estas mismas guerras de agresión estadounidenses que acabamos de mencionar.

El autor señala además, que los conflictos contemporáneos son conducidos en cuatro niveles interrelacionados en orden jerárquico-descendiente, desde el político, estratégico, operacional y táctico, lo que parece a primera vista nada más que la confirmación de la definición clásica de Von Clausewitz, según la cual la guerra es la continuación de la política con otros medios. Sin embargo y según Manwaring/Smith, los conflictos de hoy se prolongan en el tiempo y evolucionan a través de dos o tres o más etapas no-coercitivas y de organización, antes de entrar en confrontación directa con el adversario, siendo la opción militar sólo uno de varios instrumentos de fuerza empleados por los combatientes. (7) "Evolucionar a través de dos o tres o más etapas no-coercitivas y de organización antes de entrar en una confrontación directa" pudiera ser traducido, en el idioma de lo que alguna vez fue el hoy extinto derecho internacional, como atentado y crimen contra la Paz, esto es, la planificación, preparación, inicio y conducción de una guerra de agresión, tal y como el gobierno de los EE.UU. la efectuó en contra de Afganistán e Irak so pretexto de la 'guerra contra el terrorismo', dando al traste con el derecho internacional y asentando las bases, de facto, para las 'Nuevas Guerras del siglo XXI'. Ciertamente y en nuestras latitudes, el reciente golpe militar en Honduras, seguido por el acuerdo de los gobiernos colombiano y norteamericano sobre la instalación de las siete bases militares en territorio colombiano, aunado a los innumerables actos de provocación abierta en contra de los gobiernos boliviano, ecuatoriano y venezolano en los últimos meses y años, hacen pensar que estamos presenciando "dos o tres o más etapas no-coercitivas y de organización" antes de que el gobierno de los EE.UU., en alianza con la oligarquía Colombiana y demás oligarquías de la región que se prestan a colaborar, pase a la confrontación militar directa con uno o más de los países nuestroamericanos.

Luego, Manwaring procede a señalar el carácter 'transnacional' de los conflictos modernos en los que los combatientes se esconden en regiones fronterizas y en territorios de países terceros desde los cuales montan sus operaciones (lo que resulta ser un 'hecho duro' muy conveniente si se juega, desde un centro de poder como EE.UU., a la desestabilización e intervención de un país o una región). El recorrido por los elementos centrales del 'nuevo paradigma de la guerra' lo concluye el autor con la observación de que las grandes batallas militares y no-militares ahora se efectúan entre "la gente" y tienden a convertirse en eventos mediáticos que pueden -o no - reflejar la realidad. (8)  (Aquí por supuesto no se puede sino pensar en la dictadura mediática internacional que trabaja de la mano del complejo industrial-militar estadounidense y que nos vende la información según sirve a sus fines estratégicos.) Termina diciendo el autor que todos los medios empleados en estos conflictos apuntan a capturar la imaginación de gente propia y ajena para ganar la batalla moral en una lucha de carácter 'total', que otorgará al ganador el poder total para controlar o reemplazar gobiernos enteros u otros símbolos de poder. (9)

Aparte del concepto y la práctica del 'regime change' (cambio de régimen) efectuado por EE.UU. en todo el mundo y su batalla por 'ganar corazones y mentes', lo que viene a la mente aquí es el concepto y la práctica de la 'ex-territorialización' de la guerra que, según la Teoría de las Nuevas Guerras y su postulado del 'humanismo militar', les otorga a las 'naciones civilizadas' (EE.UU. y Europa) no sólo el auto proclamado derecho, sino el deber de intervenir en las zonas de conflicto, por el 'bien de sus poblaciones' y en nombre de los 'derechos humanos',  concepción que va de la mano con los conceptos de una 'soberanía limitada' y 'exportación militar de estabilidad'.    

Ahora bien, después de enumerar los puntos que acabamos de mencionar y comentar, como características esenciales del nuevo paradigma de la guerra según el general Rupert Smith, Manwaring, en un giro súbito y grotesco, presenta a Hugo Chávez como autor intelectual de este mismo paradigma, además de otras doctrinas de guerra:

    "Estas son las principales características de lo que el presidente Hugo Chávez de Venezuela ahora llama la Guerra de Cuarta Generación, Guerra Asimétrica, Guerra de todo el Pueblo. El presidente Chávez asevera que este tipo de conflicto tiene virtualmente posibilidades ilimitadas para [orquestar] una Super-Insurgencia en contra de los EE.UU en el siglo XXI. Parece que las ideas revolucionarias (bolivarianas) de Chávez se están desarrollando y madurando, y que él y Venezuela, cuando menos, están desarrollando las capacidades conceptuales y físicas para retar el estatus quo en Las Américas. Esta amenaza es directa y se traduce en una lucha constante, sutil y ambigua por el poder que esta empezando a congraciarse con la vida política en gran parte del Hemisferio Occidental." (9)

En esta maniobra se revela claramente el fondo político-ideológico, estratégico-militar de la matriz de opinión generada a escala mundial con la complicidad de la dictadura mediática internacional, para justificar una eventual guerra de agresión en contra de la República Bolivariana de Venezuela, matriz que ya ha sido puesta a prueba de manera exitosa en los casos de Afganistán e Irak: Presentar a la parte que será agredida como agresor, de acuerdo a una vieja técnica de propaganda, llamada 'estrategia de la gran mentira', termino acuñado por Adolf Hitler en su autobiografía, 'Mein Kampf' (1925). La expresión se refiere a una mentira de una magnitud tan grande que nadie jamás sospecharía que alguien pudiera ser tan imprudente como para distorsionar la verdad de una manera tan infame:

    "[...] La gran mentira siempre tiene una cierta fuerza de credibilidad, ya que la gran masa de una nación es más fácilmente corruptible en las esferas profundas de su naturaleza emocional que consciente o voluntariamente. Por ende y en la simplicidad primitiva de su mente, es más susceptible a ser víctima de una gran mentira que de una mentira pequeña, ya que todos mienten a menudos en asuntos pequeños, mientras que se sentirían apenados a recurrir a falsedades de gran escala. No se les cruzaría jamás por la cabeza fabricar falsedades colosales y no creerían que otros podrían tener la imprudencia de distorsionar la verdad tan infamemente. Aun cuando se les explicaría claramente aquellos hechos que dan prueba de que esto es así, todavía dudarán y hesitarán y continuarán pensando que podría haber otra explicación. La mentira absolutamente imprudente siempre deja una huella, aun cuando haya sido puesta al descubierto; esto es un hecho conocido entre todos los expertos mentirosos de este mundo y entre todos que conspiran juntos en el arte de mentir." (10)

Considerando los innumerables atropellos cometidos en contra de los pueblos del mundo por parte de los gobiernos de los EE.UU. en el pasado y presente, es preocupante cuando un estratega militar norteamericano, director del Instituto de Estudios Estratégicos del US Army War College, asevera que el presidente Chavez está 'alentando a sus seguidores dentro y fuera de Venezuela a perseguir una agenda de confrontación, populista y nacionalista' mediante la imposición de lo que Manwaring llama 'democracia totalitaria' en alusión a la democracia directa, participativa y protagónica (aquél concepto propuesto por Lincoln del gobierno de, por y para el pueblo), y a derrotar la hegemonía norteamericana mediante la conducción de una 'Super-Insurgencia irregular de Cuarta Generación' (11). Este río trae piedras.   

No queremos concluir estas observaciones sin antes mencionar algunas otras piezas de mentira y propaganda como la de Ray Walser, analista político para América Latina de la Heritage Foundation (12), quien asevera en sus 'Cuatro preocupaciones sobre el presidente venezolano Hugo Chávez' que este, primero, brinda asistencia material y santuario a las FARC, segundo, permite a individuos pertenecientes a Hezbollah operar bajo cobertura diplomática venezolana, tercero, obstaculiza esfuerzos anti-narcóticos en la región y cuarto, se opone a formas de gobierno democráticas, (13) falsedades que Walser recicla en sus artículos. Ni mencionar al notorio Otto Reich, quien recientemente ha disparado su artillería desde las páginas del Foreign Policy Magazine con una pieza magistral de distorsión y propaganda belicista, titulada: 'La guerra cubierta de Chávez. Obama debe llamar al presidente venezolano por su nombre: terrorista y traficante de drogas', en la que Reich disemina lo que el título promete: falsedades infames. En este artículo de provocación, Reich retrata al presidente Chávez como un cobarde quien sólo se atreve a apuntar sus armas hacia sus propios ciudadanos indefensos y quien, en materia internacional, no tiene el coraje de entrar abiertamente en combate:

    „ Matones como Chávez no alertan a las víctimas que intentan asaltar. Chávez no combate abiertamente, sino prefiere intervenir de manera cubierta, o bien directamente, o bien mediante su alianza regional 'anti-imperialista', la Alternativa Bolivariana para Las Américas (ALBA), una colección de líderes del más alto volumen con el rendimiento más bajo de la región, [provenientes] de países que incluyen a Cuba, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y, hasta junio pasado, Honduras.“  (14)  

Con ello queda más que claro el objetivo de esta avalancha concertada de propaganda y provocación  que se vuelca sobre nosotros desde las plumas de estrategas militares, analistas políticos, ex funcionarios de Estado, columnistas y periodistas, enmarcada en la estrategia de la gran mentira. Estudiar, conocer, difundir y discutir este tipo de propaganda, sus antecedentes históricos, su contexto actual, la 'configuración mental' de sus promotores y los efectos de la propaganda sobre la población, es un paso necesario para poder contrarrestarlo con efectividad.    

Notas

(1) Max G. Manwaring, Latin America's New Security Reality: Irregular Assymetric Conflict and Hugo Chávez, August 2007; http://www.strategicstudiesinstitute.army.mil/pubs/display.cfm?PubID=808
(2) Eva Golinger, El ejército de los Estados Unidos prepara doctrina para guerra asimétrica con Venezuela, http://www.aporrea.org/imprime/a18136.html.
(3) Manwaring op.cit. , pág. 1
(4) ibidem
(5) ibidem
(6) ibidem
(7) ibidem , pág. 2
(8) ibidem
(9) ibidem, pág. 3
(10) Adolf Hitler, Mein Kampf, capítulo 10, citado en: http://en.wikipedia.org/wiki/Big_Lie
(11) Manwaring, op. Cit., pág. 3
(12) El 'think tank' conservador más grande e influyente en Washington, padrocinador del notorio Proyecto para un nuevo Siglo Americano.
(13) Ray Walser, Four Concerns about Venezuelan president Hugo Chávez, Heritage in Focus, video-clip del 21 de Julio de 2008,  http://www.heritage.org/Research/LatinAmerica/wm2592.cfm
(14) Otto Reich, Chávez’s Covert War: Obama needs to call Venezuela’s president what he is: a terrorist and a drug-trafficker. http://www.foreignpolicy.com/articles/2009/08/28/chavez_s_covert_war